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lunes, 28 de noviembre de 2011

Querido Diario....

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"DIARIO DE UNA ESTUDIANTE"






 



Era un martes 22 de marzo de 2011 cuando el timbre del despertador sacudió el dormido aire de la mañana. Lucía apagó perezosamente el ruido con la mano y el silencio volvió a la habitación. La persiana, a medio bajar, dejaba filtrar una luz azulada. Se levantó como todos los días, pero algo era diferente a los demás, hoy era el día de inicio de clases en la Universidad, se encuentra aterrorizada, tiene una mezcla de sentimientos, por un lado alegría y por el otro, miedo, ansiedad, está fuera del aula esperando, Lucía no conocía a nadie. Ingresó al aula y se sintió extraña al lugar, estaba sola sentada a un costado  escuchando la presentación de los integrantes de la cátedra y de la materia, todo el recorrido que realizarían durante el año, ésa fue la primera etapa; la segunda, fue la realización de una máscara, mediante la cual expresarían lo que sentían en ese momento y ése fue su límite, no soportó más la situación, se levantó para hablar con el profesor Ignacio (era la única persona que conocía) y le comentó que no se sentía bien, si era necesario tener que presentarse, porque no quería hacerlo y él la miró desconcertado, porque pensaba que se quería retirar porque tenía que hacer otra cosa, entonces le dijo que no era por eso, lo que le sucedía, era que tenía fobia, no soportaba estar en ese lugar, estaba inquieta. Ignacio le propone que se acerque  en otro momento para charlar y explicarles mejor qué es lo que le sucedía y ver de qué manera la podían ayudar y que si no se sentía bien, se podía retirar. Y eso fue lo que sucedió, se retiró, se fue mal con mucha bronca  por no haber podido quedarse hasta finalizar la clase, estaba muy enojada consigo misma.

   Durante los días siguientes Lucía trabajó mucho sobre sus miedos para poder afrontar la situación venidera y así poder lograr su objetivo.
   Llegado el día, ella se encuentra muy nerviosa porque no sabe  con qué se va a encontrar. A cava de ingresar, Ignacio le dice a las profesoras que ella era la chica de la que les había hablado, la invitan a sentarse, la profesora Cecilia  y la profesora Lourdes, le preguntan a cerca de lo que le sucedía, que les comentara,  a demás tenía que entregar la máscara que no pudo hacerlo el primer día de clase, a partir de ahí comenzó a contarles lo que le estaba pasando, ese día se fue muy contenta porque se sintió cómoda, contenida. Había sido un gran paso para ella.
   Lo que sucedió la ayudó a no sentirse sola…
   Llegó el día de cursar nuevamente, otra vez apareció el miedo, Lucía está buscando el aula, todavía no llegó nadie, va a mirar la cartelera para corroborar el aula, cuando está ahí, alguien se acerca a mirar, Lucía  entonces se acercó y le preguntó si venía a la misma clase que ella y le contestó que sí, al fin encontró a alguien con quien hablar. Ingresaron al aula y se sentaron juntas, Lucia se sintió un poco más relajada ya no estaba sola.
Ese día se habló sobre el contenido del programa y luego les presentaron un libro con el cual deberían trabajar en grupo, muchos ya tenían su grupo. Había que sacar un papelito para saber qué capítulo les tocaba preparar y como si fuera poco les tocó el primer capítulo, eligieron trabajar con un  power point, se encontraba muy nerviosa, encima tenía que estar al frente de la clase aunque no le quedó otra opción que enfrentarlo.
   Poco a poco Lucía fue encontrando su lugar, se volvió a sentir una persona útil, se animó a participar en algunas clases, a compartir con el resto de los compañeros lo que pensaba. Francamente fue sintiéndose muy bien, la cursada la estaba ayudando personalmente, poco a poco estaba encontrando su lugar en la universidad.
Volver para ella fue como si fuera una ingresante, con los mismos miedos de no saber qué es lo que va a suceder. O como una niña en su primer día de clases…
  Hubo momentos en clase en donde no se sentía cómoda, tal vez fue porque estaba sola, algunas integrantes de su grupo habían faltado, por lo cual tuvo que estar con uno nuevo. Pero hubo otros en donde si se sintió  maravillosa, relajada, pero de repente en una de las clases la profesora comenzó a preguntar si habían   hecho el trabajo sobre “Enseñanza” que se les había pedido y si alguien quería comentarlo, Lucia se encontraba algo tensa. Ella ya lo había hecho pero no se animaba a hablar, pero su compañera Anahí no tuvo mejor idea que decir que Lucia lo había realizado, entonces la profesora le pregunto si lo quería leer, no sabía dónde meterse, estaba sumamente asustada. Pero a pesar de ello le agradeció a Anahí, por haberla ayudado a superar un poco ese miedo que sentía y a animarse a hablar.
  Llegaron las vacaciones de invierno, aprovechó para relajarse y poder disfrutar de los logros obtenidos, aunque sabía que debía seguir trabajando en ello.
   Así pasaron los días y llegó el momento de regresar a clases, para iniciar el segundo cuatrimestre, es en esta etapa en donde tiene que comenzar con sus prácticas pedagógicas, en un primer momento tuvo que realizar un análisis Institucional, valga  la redundancia, de la Institución en donde iba a llevar a cabo las mismas; como así también un diagnóstico áulico. En  este segundo cuatrimestre Lucia también compartió gran parte del mismo con los alumnos de la Institución en donde llevaría a cabo dichas prácticas, volvió en ella esa mezcla de emociones, alegría, nervios, ansiedad, ya que era un ámbito nuevo para ella, gente desconocida, pero estaba muy feliz.
   Lucia pudo sentirse cómoda, por momentos no sabía qué hacer cuando estaba en la institución a la cual debía acudir para hacer sus observaciones, igual no tenía que hacer nada solo observar, ese día pudo irse contenta por el grato recibimiento que tuvo por parte de la profesora responsable y de los alumnos.
   Para Lucía esta nueva experiencia, este nuevo desafío, dentro de todo fue fantástico, porque aprendió mucho, lo disfrutó, también se ha enojado…. Pero ella lo tomó como un desafío porque después de mucho tiempo pudo volver a la Universidad y permanecer en ella. Y hoy que ella esté haciendo sus prácticas es muy importante y se dio cuenta de que no era tan complicado como  pensaba.
  Lucía decidió viajar tomarse un día de descanso, le tocó un día hermoso, inspirador, se encuentra viendo el paisaje, el cielo, lo cual la hace reflexionar sobre su paso en esta vida. Y valorar el haberse encontrado con buenas personas, de cada una de ellas siempre rescató alguna enseñanza.
   No puede creer que se  acerca la fecha en donde tendrá que dar su primera clase, obviamente siente miedo, porque es muy significativo  para ella y también porque es bastante perfeccionista, no sólo está en juego su aprobación de la materia sino también es la búsqueda de un logro personal, para ella no se trata solo de ir a dar una clase, es mucho más que eso.
    El hecho de que haya ido a observar a otros compañeros le ha permitido ir revisando, mejorando, ver que podía cambiar para mejorar sus propias prácticas. Desde su punto de vista la actitud de ver sus acciones, de escuchar está más allá. Su actitud fundamental  es escuchar lo que los demás están queriendo decir, esto es lo que le permite estar abierta a nuevos aprendizajes.
   El poder hacer sus prácticas le permitió entrar al laboratorio vivo (con esto quiere  decir al aula misma) en donde podrá adquirir el arte, la ética necesaria para educar y a la vez tomar conciencia de las necesidades sociales. Aprehender el verdadero significado de la palabra clave, Educar, es decir, sembrar valores, inculcar y desarrollar sentimientos.

   Todos los días Lucia trata de que quede bien claro en su cerebro de que no hay imposibles. Que puede ser lo que quiere, grande o pequeña como quiera. Y que todo empieza con la imaginación, imagina que puede, que lo va a lograr, que será la docente y psicóloga que quiere ser. Pero sabe que su pensamiento debe estar acompañado de la acción, porque de lo contrario no pasará de ser simplemente una soñadora. Es por ello que se esfuerza cada día.
   Gracias a sus esfuerzos, pudo lograr uno de sus tantos objetivos, y lograr  hacer de manera satisfactoria sus prácticas                                                              .
   Ella se pregunta cómo puede uno conocerse así mismo, y cree que jamás podrá hacerlo mediante la observación, pero sí a través de la acción.

                                                                                                                      Jessica.-

                                                                                                                            

viernes, 18 de noviembre de 2011

Escribir un diario!


ESCRIBIR UN DIARIO
Hace tiempo que no encuentro camino entre las letras, incluso he llegado a pararme y pensar si escribir realmente es camino para mi.
Hace unos días acabé enfadado con los personajes que no se dejan escribir, enterrado entre miles de letras que solo decían que yo no las podías ordenar para crear un nuevo paisaje y di la vuelta pero sabía deberia volver a encontrarme con aquellas hojas. Me decía a mí misma: Por primera vez en tu vida diste la espalda a las palabras y huiste, pensando que ya no ibas a volver, pero aquí estás, intentándote convencer que tú no eres escritor por lo que escribes para olvidar que no puedes escribir.
Escribes porque no puedes hacer otra cosa.
Escribir eres tú y tú solo eres palabras.
Intentas engañarte pero todos esos personajes que gritan por ser escuchados aún duermen en tu cabeza y te guían hacia el papel en blanco.
Escribe, lo tienes que hacer por ti..No escribir hace de ti una persona triste y gris, que no puede plasmar sus vivencias y emociones, recuerda cuando te pasabas la noche escribiendo, cuando los personajes te hablaban al oído y te contaban lo que les iba a pasar. Acuérdate de esas noches emocionantes frente al papel, cuando de tus manos cobraban vida voces, miradas y lugares que nunca habías visto.
Acuérdate de ti, de cómo te hacía sentir esas horas entre letras, acuérdate y ahora piensa que no lo debes perder. Perder esas sensaciones es dar por hecho que ese niño que aún juega a cambiar el mundo entre palabras ha muerto.
Por eso estamos aquí, para no olvidar lo que fuimos, somos y seremos.Y qué mejor que escribirlo?
Escribes porque necesitas respirar. 
Seguro que vuelve la oscuridad o que tardes aún en salir de ella, pero confía en tu instinto. Él sabe que las palabras te devuelven  la sonrisa que casi pierdes y haces perder a los que te rodean.
Nunca más nos dejes atrás y acuérdate de algo que tú mismo escribiste. 
 
Ayelén.